dic 152009
 

Ya hemos llegado a fin de año. Muchas personas siguen buscando lo que se ha conocido popularmente como “brotes verdes”. Algunos consideran cualquier dato económico, mínimamente bueno, como uno de estos brotes. Otros sólo hacen que ver nubarrones que no riegan precisamente esos brotes.

Pero, ¿estamos seguros de que buscamos adecuadamente estos brotes? No es cierto que para encontrar alguna cosa es preciso saber dónde buscarla. Parece que algunos esperan que ese “maná” caiga del cielo y cambie la situación drásticamente o que venga algún político disfrazado de Rey Mago y nos traiga una medida que haga florecer el campo. Quizás pase esto que algunos esperan, no lo sé. En todo caso, sé que habrá que resistir para poderlo ver.

En algunas empresas se empieza a notar como ciertas cosas cambian. Parece que el futuro se ve más verde. ¿Dónde está pasando esto? En aquellas empresas que han tomado decisiones, valientes en muchos casos, para hacer frente a las dificultades. Empresas de diferentes sectores, que se han visto perjudicadas por descensos de ventas, restricción del crédito, impagados, etc., como muchas otras, pero que han decidido tomar cartas en el asunto, marcando un plan para superar las dificultades y ejecutándolo (muchas veces sin los recursos deseados).

En conclusión, a la vista de lo que está pasando en nuestra economía entiendo que debemos pensar en nuestro jardín. Plantar nuestras semillas, regarlas y esperar que surjan estos brotes verdes, a pesar de las dificultades. Es la única forma de obtener un fruto a corto, medio o largo plazo que permita seguir alimentándonos mientras no llegan cambios globales más significativos.

¡¡¡No te quedes cruzado de brazos!!! ¡¡¡Haz crecer tus brotes verdes!!! Revisa si estás haciendo todo lo necesario en tu empresa para que esto pase.

El equipo de AICON os desea a todos unas FELICES FIESTAS y os manda un fuerte abrazo.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Diciembre 2009

nov 202009
 

En una empresa siempre es necesario disponer de líderes que sean un ejemplo, que consigan aglutinar el esfuerzo y compromiso y que sepan desarrollar las habilidades del personal para tratar de alcanzar los desafíos que se le plantean.

Si siempre es necesario este tipo de perfiles en la organización, en épocas convulsas, como la actual, este papel es crítico. Empezando por el director general, gerente o empresario, pero, necesariamente, respaldado éste por otras personas, las empresas necesitamos de líderes.

Cuando se deben tomar decisiones de reducción de personal o cambios organizativos importantes es necesario tener en cuenta aquellas personas clave para la empresa, no únicamente desde el punto de vista del puesto que ocupan, sino también por su capacidad de dirigir al personal, motivarlo, aglutinar esfuerzos, etc.

Ante las dificultades creo en un liderazgo que da la cara, que es un ejemplo indiscutible, que sabe comunicar, escuchar, crear confianza y, también, sacar alguna que otra carcajada de un personal a menudo acongojado y metido en un día a día sombrío.

En las pymes el máximo responsable debe saber crear un equipo con estas capacidades, o de lo contrario, puede verse afectado por un sentimiento de soledad y falta de respaldo.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Noviembre 2009

oct 202009
 

Puedo contestar de diferentes formas a esta pregunta. La primera, la que habitualmente se está haciendo en el mundo empresarial, nos ofrecería una respuesta como: “No puedo ser optimista debido a la bajada de las ventas, la reducción de los márgenes, la situación de los clientes o consumidores, la restricción del crédito comercial, etc.”

Si os fijáis en las razones que os he enumerado, y en muchas de las que se os pueden ocurrir, surgen fruto de compararlas con situaciones pasadas no muy lejanas en el tiempo. Por ejemplo, cuando afirmamos con respecto a las bajadas de ventas, lo hacemos en comparación con tiempos pretéritos. Un pasado marcado por un ciclo económico que nos había situado en niveles poco coherentes como resultado; en muchos sectores se había inflado la actividad, influyendo en el resto de la economía.

Con esta reflexión quiero resaltar cómo nuestras opiniones, juicios de valor, expectativas, sistemas de gestión y estados de ánimo siguen estando muy influenciados por situaciones del pasado; en muchas ocasiones, tomando como referencia niveles sobredimensionados.

Una segunda respuesta a la pregunta del enunciado es: “Puedo ser optimista en la situación actual siempre que seleccionemos adecuadamente las cosas en las que fijarnos en el pasado, ya que nos puede servir”; descubramos nuevas formas de gestionar, veamos más allá del día a día y de las dificultades que éste nos presenta y tomemos decisiones. Todo esto puede generar un nuevo círculo virtuoso en nuestros sentimientos, en nuestro entorno y, por supuesto, en nuestras empresas. Se nos agota el tiempo para los cambios.

Debemos pensar en la situación: los mercados no serán como anteriormente y eso no tiene porqué ser malo. Todavía deberemos sobrevivir un período con circunstancias similares a las actuales. ¿Qué sentido tiene torturarnos y no aprender a ser optimistas aprendiendo a analizar y gestionar afrontando los retos actuales?

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Octubre 2009

sep 202009
 

Espero que las vacaciones os hayan ido muy bien a todos los que las hayáis podido disfrutar. Es importante recargar fuerzas siempre en estos períodos pero sin duda especialmente este año.

Muchos de vosotros os habréis reincorporado y constataréis que no muchas cosas han cambiado. Las noticias siguen hablando de crisis. Nos bombardean con datos; la mayoría negativos, pero alguno positivo también hay. Las sensaciones varían según el sector, pero en general, nadie se atreve a pronunciarse de forma positiva y casi todos dudan sobre qué pasará.

Existe una gran incertidumbre, eso es cierto. Como también es cierto que si dudamos durante mucho tiempo y no tomamos decisiones es posible que la espera nos consuma.

He tenido la experiencia de empresas que han estado muy afectadas por la crisis y han tomado decisiones valientes, sin duda difíciles, algunas arriesgadas. Empezamos a ver cómo algunas de ellas están empezando a notar los resultados positivos de estas decisiones, que muchas veces han tenido que ir siendo revisadas.

La incertidumbre es cierta. Pero también es cierto que debemos ser capaces de gestionar y tomar decisiones en tiempos muy distintos a los anteriores. Ahora no podemos predecir claramente qué va a pasar. Sí podemos planificar acciones para intentar mejorar, controlar el resultado de estas acciones y revisar las decisiones para corregirlas.

Cuando estamos perdidos en medio de un camino podemos esperar que nos vengan a rescatar o empezar a andar, controlando el camino que seguimos y revisar si estamos en la dirección correcta. Desgraciadamente, empezar a andar no garantiza que logremos encontrar el camino, pero me resisto a confiar en que nos vengan a rescatar.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Setiembre 2009

jul 202009
 

La situación que se vive en estos días en muchas empresas hace que se gestione esperando una reacción del mercado que provoque un cambio importante en la demanda o en las ventas. Muchos no se atreven a tomar decisiones de futuro. La razón que aducen es que con esta incertidumbre quién se arriesga. Eso reprime los cambios en aspectos que podrían llevar a mejorar en el mercado o internamente.

Como se comenta en un artículo, la incertidumbre se produce por la falta de control de parámetros que nos afectan. Anteriormente tampoco teníamos controlados muchos de estos parámetros, pero sabíamos que, más o menos, se moverían en unas tendencias. Ahora todo esto ha cambiado. Por ello, nosotros también debemos cambiar en nuestra forma de gestionar los retos y las problemáticas.

¿En septiembre qué? Pienso que en septiembre todo puede ir a mejor si aprendemos a gestionar en estas nuevas circunstancias y decidimos actuar proactivamente ante esta situación no controlada del entorno económico. No esperemos grandes salvadores ni indicios, eso que ahora llaman “brotes verdes”, que puedan reactivar la situación de la noche a la mañana. Nos debemos centrar en lo que nosotros podemos hacer antes de que sea demasiado tarde. Para ello aprovechemos el período vacacional para recargar nuestras baterías. Necesitaremos mucha energía, positiva sobre todo.

Buenas vacaciones.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Julio 2009

jun 202009
 

Una mes más me dirijo a vosotros envueltos en un mercado convulso, en general, representado por una tarta que se ha hecho cada vez más pequeña de la que intentan subsistir un grupo de competidores.

Esta realidad de mercado nos obliga a plantearnos retos para conseguir la viabilidad y sostenibilidad de las empresas. En este sentido, todos debemos tener claro que si en el mercado hacemos lo mismo y del mismo modo que lo hacíamos antes, el hambre irá incrementando (simplemente por la reducción del volumen de esos mercados). Cabe planificar y poner en marcha acciones diferentes. Explorar oportunidades con clientes actuales o con nuevos clientes, reestudiar nuestra oferta para adecuarla a sus necesidades o para incluir nuevas propuestas de valor.

Ahora bien, muchas batallas de mercado se pierden internamente en la empresa. Muchas veces nos encontramos enfrascados en la gestión de problemáticas internas que consumen nuestro tiempo y, sobretodo, las fuerzas que debemos destinar a menesteres críticos para garantizar la supervivencia. Es tiempo de actuar, tomar decisiones, cambiar cosas, pero debemos reconocer que en muchos casos esto no es fácil, sobretodo porque estamos acostumbrados a una dinámica de mercado positiva y ahora empezar a actuar de otra forma externamente, pero también internamente, supone un reto crítico no se sabe cómo emprender.

Así pues, para luchar en el mercado no debemos demorar la toma de decisiones para superar o gestionar las problemáticas internas.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L
Junio 2009

may 202009
 

Hoy en día nos hartamos de oír que estamos en una época en la que las empresas deben cambiar e innovar para hacer frente a la difícil situación económica.

Muchas veces nos quejamos de las dificultades de introducir cambios significativos y de que nuestro personal reaccione para buscar nuevas oportunidades (nuevos clientes, introducir nueva oferta, mejorar procesos, etc.). ¿Pero dónde empieza el cambio? Debemos tener claro que el cambio empieza dentro de uno mismo. Muchas personas están comentando la crisis pero pocos están realmente cambiando para adaptarse y reaccionar ante esta nueva situación. Por cierto, creedme: esta crisis requiere de cambios profundos y dolorosos para sobrevivir a ella.

Se ha determinado que para que se dé el cambio en una persona, sus creencias deben variar y para que sus valores se modifiquen, y sólo entonces, sus comportamientos cambiarán. No debemos olvidar que una empresa es un conjunto de personas. Por lo tanto, para que la persona jurídica cambie deben cambiar sus componentes. ¿Empezando por dónde? Pues por donde se generan las principales creencias y valores en las empresas: por su dirección, que es la que tiene en su poder el cambiar mecanismos de gestión y dirección que deberán conducir, no sin dificultades, al cambio, a la superación de problemas y al aprovechamiento de oportunidades.

CAMBIO E INNOVACIÓN, ¡¡SÍ pero empezando por la DIRECCIÓN!!

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L.
Mayo 2009

abr 092009
 

Este mes hemos realizado una selección de artículos externos que nos aportan unas reflexiones y enseñanzas muy interesantes en el marco de la situación económica actual. Leed con intensidad estos artículos; descubriréis buenos e interesantes mensajes. Yo he destacado los siguientes:

  • La valoración positiva del recorte de gastos en las empresas. No deja de sorprenderme cómo se valora negativamente el que una empresa haya tomado decisiones para reducir sus costes. Algunas de estas decisiones han sido traumáticas y resaltadas de forma peyorativa por el entorno de la empresa (clientes, proveedores, competidores, etc.). Para mí esto no tiene sentido. Estos recortes, cuando se producen a tiempo, posicionan a las empresas adecuadamente para asegurar su viabilidad en esta época y para crecer cuando se toque fondo.
  • El 95% de los impagos se recobran antes de los 180 días por la vía amistosa. Evidentemente, ésta es una de tantas estadísticas genéricas que actualmente se publican y que muchas veces varían mucho dependiendo del sector. Ahora bien, el mensaje que nos debe quedar es que una buena gestión del riesgo de clientes y de los incidentes de impago es clave para la salud financiera de la empresa. Actualmente estos deben ser procesos estratégicos dentro de las empresas y, como tales, revisados y optimizados.
  • El único activo estratégico: LOS CLIENTES. En situaciones con mercados en recesión es importante retener y saber gestionar al máximo los clientes. Éste puede ser un elemento diferenciador sostenible de nuestras empresas frente a otras muchas acciones comerciales que pueden ser fácilmente imitadas.
  • La adversidad nos debe servir de motivación adicional. Debemos crecernos ante la adversidad y motivarnos ante esas gestiones, quizás anteriormente no debidamente resaltadas, para encontrar fuerza para seguir hacia delante nosotros mismos y para alentar a nuestro equipo. Una gestión de éxito hoy puede ser, simplemente, renovar una póliza de crédito o reducir determinados costes.

Muchos de los parámetros y líneas de gestión anteriores hoy ya no sirven. Hay que volver a lo esencial, a lo importante: a una cultura del esfuerzo y de la humildad apreciando adecuadamente nuevos valores y culturas empresariales.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L.
Abril 2009

mar 202009
 

Hoy en día los que observamos las empresas con una visión externa que nos libra de su poderoso día a día, constatamos que una de las principales dificultades es desbloquear la mente de los que deben tomar las decisiones importantes. Te encuentras con que la incertidumbre y el miedo los tiene paralizados.

He podido constatar cómo alguna empresa ha tenido que cerrar porque claramente se han ido encerrando en sus dificultades sin tomar decisiones, cuando todavía eran posibles. Ha sido una lástima; hay muchas enfermedades que hay que coger a tiempo.

Nos encontramos en una situación de recesión económica pero en muchas empresas todavía se piensa y se gestiona como cuando el ciclo económico era positivo y los resultados se resienten.

Debemos repetirnos que tenemos que sacar adelante la empresa y para ello tendremos que empezar a cambiar cosas para hacer posible su viabilidad. Aunque las decisiones sean muchas veces difíciles. Si no sabemos cómo afrontarlas o necesitamos un empujón, busquemos ayuda, pero no dejemos pasar el tiempo.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L.
Marzo 2009

feb 202009
 

Hace algún tiempo tuve la oportunidad de leer una entrevista en un diario en el que un empresario sudamericano destacaba la capacidad que disponían los hombres de negocios de esas latitudes para afrontar una situación económica como la actual.

Él ya comentaba que ellos han aprendido a convivir en un entorno de falta de liquidez, con inestabilidad y con estados y entidades financieras complicando el panorama. Reflexionemos sobre la situación de hace algunos años en países sudamericanos (por ejemplo Argentina) y veremos ciertas similitudes.

En esta entrevista intentaba lanzar el mensaje de que, dada su experiencia en situaciones como la actual, no debemos esperar ayudas o cambios significativos que disparen el consumo o ayuden a financiarnos. Debemos aceptar que ésta es la situación y procurar establecer acciones para garantizar la sostenibilidad de la empresa en entornos tan complicados.

Os recomiendo que utilicemos la reflexión de este empresario como acicate para tomar decisiones sin esperar una radical mejora de las condiciones o, de lo contrario, habremos desperdiciado un tiempo precioso.

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L.
Febrero 2009

ene 202009
 

A la vista del título de esta editorial alguien puede pensar que vivo en un mundo diferente; ¿quizás soy un extraterrestre? Creo que no, aunque si miro a mi alrededor muchas veces me pueda sentir como tal.

Todos sabemos lo complicado de los mercados nacionales e internacionales. Delante de este panorama que, sin duda, para la mayoría de las empresas no es nada fácil afrontar, debemos decidir si queremos tirar hacia delante o tirar la toalla. La segunda opción también existe y no tiene porque tener connotaciones peyorativas, a veces una decisión de este tipo a tiempo puede ser una gran decisión.

Ahora bien, me voy a dirigir a aquellos de vosotros que habéis decidido tirar hacia delante. Para lograr realizar el camino que os queda por hacer deberéis emprender muchos retos, tomar decisiones difíciles, gestionar problemáticas, apretar los dientes, etc. Todo ello requiere de un ingrediente básico: LA ILUSIÓN. Ésta parece un bien escaso en estos días y es obligación de todos los que lideramos empresas fomentarla. Sin ella, nosotros mismos y nuestros equipos iremos cayendo en un letargo peligrosísimo en momentos en los que es necesario reaccionar y tomar decisiones de forma rápida, efectiva y no exenta de riesgos.

¡¡¡Que reine la ILUSIÓN en este nuevo año!!!

José María Llauger
Gerente de AICON Consultores de Gestión, S. L.
Enero 2009

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