dic 152011
 

A menudo no solemos enfrentarnos adecuadamente a los problemas. Muchas veces nos causan ansiedad e intentamos dejar pasar el tiempo, como si esperásemos que desaparezcan por el mismo camino por donde llegaron. ¡Quizás alguno lo hace!

Las principales causas que condicionan que no afrontemos adecuadamente los problemas son:

  • No verlos como una oportunidad.
  • No saber analizarlos.
  • No querer afrontar el dolor que puede suponer resolverlos.

Hoy en día en la gestión de un negocio nos da la sensación de que estamos rodeados de problemas. Quizás un buen ejercicio sería revisarlos, anotarlos, analizarlos… para poder descubrir oportunidades. Muchas de éstas nos pueden conducir incluso a nuevas posibilidades de negocio o a elementos de diferenciación respecto de la competencia; si no es así, por lo menos, evitarán que se vuelvan a dar esos problemas de la misma manera.

Para analizar un problema debemos considerar una serie de fases:

  • Identificación del problema. Muchas veces identificamos como un único problema a muchos pequeños problemas, de hecho puede que muchos pequeños problemas provoquen un gran problema. Ahora bien, para poder buscar soluciones suele ser más efectivo atacar los pequeños, a veces por separado, otras veces de forma conjunta.
  • Descripción del problema. Tratad de escribir el problema de forma escueta y clara.
  • Buscar las causas. Identificar las causas directas que pensamos pueden provocar el problema. A veces tendremos que buscar ayuda para identificarlas.
  • Evaluar alternativas de solución y decidir. Pueden no existir soluciones infalibles e ideales; a menudo sólo hay escenarios, ideas o posibilidades de mitigarlo.
  • Establecer un plan de acción. No debemos explicar qué -esto lo hemos decidido en el punto anterior-, sino cómo lo haremos para solucionar el problema.
  • Control del resultado. Como siempre deberemos controlar y revisar los resultados de las medidas adoptadas.

Y recuerda:

  • Si tienes un problema y no tiene solución, para qué te preocupas;  y si tiene solución, para qué te preocupas.
  • No te preocupes, ocúpate.
  • Si hay un problema y no haces nada por resolverlo, eres parte de ese problema.

Que estas reflexiones nos sirvan a todos durante estas fiestas para afrontar adecuadamente los retos y las oportunidades de un nuevo año. ¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

José María Llauger
Gerente y Director Técnico de Aicon Consultores de Gestión, S.L.
Editorial – InfoManagement – Diciembre 2011

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