jun 232009
 

Las dificultades de una época como la presente son obvias para todo el mundo por lo crueles que son: amigos que se quedan sin trabajo, empresas con las que se tiene relación que entran en barrena, gente conocida que no llega a fin de mes… Los expertos nos cuentan que esto va a durar. Y cuando se ponen a hacer pronósticos también nos dicen que a raíz de todo ello se producirá una limpieza profunda –manera eufemística de explicarnos que muchas empresas palmarán– saliendo con éxito las que habían hecho los deberes o que no se habían atrevido más allá de lo prudente, imitando a los que se hacían de oro.

Al fin y al cabo debe de ser verdad. Pero como ponernos a analizar a qué grupo debemos pertenecer no cambiará lo que se ha hecho ni lo que se ha dejado de hacer, bien o mal, centrémonos en lo que tenemos en frente aquí y ahora, que es en la única cosa sobre la que podemos actuar. Porque además estamos afectados tanto si hemos hecho las cosas bien como si no.

Si algo positivo tiene una época de dificultades graves, de las de caja o faja, es que a  todos se nos aclaran las ideas, a veces quizás demasiado tarde, pero se nos aclaran de todos modos. Me refiero a que de todo un conjunto de cosas de la vida de las empresas que tradicionalmente se ha dicho son muy importantes, rápidamente unas cuantas han pasado a un segundo plano, frente de aquellas otras que son vitales, en el sentido literal de la palabra: un balance equilibrado, una estructura de deuda soportable, una tesorería previsible y manejable y unos costes controlados, todo esto soportado por una acción comercial que mantenga vivo el sistema.

A ordenar estos puntos vitales es a lo que me refiero con el título del artículo,  “tocando donde duele”. Esta frase, adquirida del diagnóstico médico de toda la vida, cuando el médico te preguntaba: “¿le duele aquí?”, tiene una primera vertiente que es acertar la zona dónde hay los problemas de verdad, haciendo lo que los entendidos llaman “foco”. Y normalmente hasta aquí casi todo el mundo llega, por lo obvio.

Pero el segundo paso de “tocar donde duele”, igualmente importante para poder salir adelante, implica cuantificar las situaciones, haciendo proyecciones en el futuro, para poder decidir el peso y el impacto de nuestras acciones puntuales sobre los diferentes elementos y así construir planes de viabilidad creíbles internamente. Y por lo tanto vendibles externamente. Por esta segunda parte del “tocar donde duele” a  muchas empresas de nuestro tejido económico les puede convenir ayuda externa.

Lógicamente los que nos dedicamos a la consultoría estaremos encantados de poder ayudar y la situación evidencia claramente nuestra responsabilidad.

Genís Barcons
Consultor de Aicon Consultores de Gestión, S.L.
23/06/2009

 Leave a Reply

(required)

(required)

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>