abr 232009
 

Desde finales del octubre del pasado año todos los artículos que he publicado han estado directamente relacionados con la  crisis.. El pasado mes me atreví a poner un horizonte temporal a la salida del túnel (ya se sabe que la ignorancia siempre ha sido atrevida). Ahora lo que digo es que personalmente no tocaré más el tema, al menos directamente. Aunque mi influencia sea infinitesimal, quizás nula, y es que soy de los que piensan que ya hemos hablado suficiente y demasiado. Naturalmente que por mi trabajo continuaré tocando temas que son de aplicación en tiempos de tormenta, pero también lo son en tiempos normales para no llegar a la tormenta.

Hoy querría esbozar un tema que quien me conozca podría pensar que va en sentido contrario de lo que siempre he defendido. Por ello haré una afirmación contundente: “Desde el punto de vista de la empresa, el trabajo en equipo y o/la colaboración entre diferentes unidades o departamentos sólo es un medio”. Como tal lo tenemos que poner en su contexto apropiado, y no es la  primera prioridad; el bien de la empresa lo es. No negaré que para todos los que trabajamos en una organización el trabajo en equipo y la buena armonía puede ser un fin en si mismo por aquello de que si debemos trabajar el 30% de  nuestra vida (en realidad el 50% de la vida consciente), vale la pena que lo hagamos del modo más satisfactorio posible.

Pero desde el punto de vista de la organización para la que trabajamos, normalmente una empresa, lo que cuenta de verdad es lograr los hitos señalados, y el primero de todos, aunque nadie lo haya explicitado, es la subsistencia y la viabilidad del proyecto. Cuando un análisis serio nos diga que los recursos clásicos del trabajo en equipo pueden requerir demasiados esfuerzos (tiempo y  dinero) en comparación con otra aproximación, más dictatorial si se quiere, debemos tener claro qué es lo primero..

No estoy postulando que en tiempo de tormenta nos debamos dejar de tonterías e idealismos; estoy diciendo que debemos ser eficaces. Ahora quizás más que nunca necesitaríamos trabajo en equipo y espíritu de colaboración. Pero si las urgencias amenazan y no tenemos ya una organización con cultura de trabajo en equipo, puede ser más eficaz ir directos y prepararnos para adquirir esta cultura que ahora tanto nos podría ayudar.

Tenemos que plantearnos siempre cuál es la manera más eficaz de enfocar un tema; si hay alternativas de trabajo directo que no incurren en los costes derivados del trabajo en equipo y los consensos inherentes, que consumen tiempo y energía, y que pueden determinar que la mejor opción sea otra.

Como las cosas bonitas nos gustan a todos, a veces estamos predispuestos a infravalorar los costes del trabajo en equipo, a pasar por alto que una oportunidad perdida en una acción directa es un coste de oportunidad y, en general, a  no hacer el ejercicio, siempre necesario, de valorar económicamente las diferentes opciones. Tenemos tendencia a sobrestimar el beneficio del trabajo en equipo; hay que ponerlo en números. No seamos rehenes de las ideas.

Genís Barcons
Consultor de Aicon Consultores de Gestión, S.L.
23/04/2009

 Leave a Reply

(required)

(required)

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>