oct 252009
 

El mes pasado, tras meterme con los políticos me faltó tiempo para meterme con nosotros mismos, con las cosas que realmente dependen de nuestra acción e iniciativa. Como se ve en el título, iré al grano y sin tapujos.

Pero antes, un paréntesis para los políticos: hemos perdido otro mes sin proponer un acuerdo entre todos; ¿hasta cuándo tendremos que esperar? “¿Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra?”, clamaba Cicerón. Cerramos el paréntesis y dirijámonos a nosotros mismos: es un clásico decir que en tiempos de crisis hay que reforzar comercialmente y reducir costes. En épocas de no-crisis esto era una frase más bien académica que los entendidos contaban y que el común de los mortales no teníamos tiempo de ponderar, tan ocupados que estábamos con el fragor del día a día. Ahora todos lo tenemos claro: vender cada día es más difícil y no tenemos dinero para mantener unos costes más propios de otro ciclo.

Me gustaría hablar de la parte de los costes. Como todos sabemos, esto tiene dos derivadas:

  1. Controlarlos todos para reducirlos y eliminar los no estrictamente necesarios.
  2. Aumentar la  productividad, haciendo más cosas con el mismo dinero.

¿Y qué entendemos por esto último? Yo diría que tenemos claro el poner máquinas que hagan el trabajo rutinario y mecánico de las personas. Si bien en este momento todos nos preguntamos: ¿ahora quien se arriesga a invertir? Pero quizás habría que hacerlo.

Pero yo quería ir por otro lado: para mí, es una paradoja cada vez más difícil de entender que personas juiciosas, que tienen muy claro lo de las máquinas, cuando pasamos a las tareas administrativas y de control, les parece que ya está bien el minisistema informático que obliga a las personas que nos tendrían que ayudar a tirar del carro a perder el tiempo haciendo cosas cuando hoy en día ya sólo tendríamos que mirar el resultado, en lugar de producir datos.

Yo diría que no terminamos de creernos lo de la productividad. Si no, ¿cómo es posible que entendamos que debemos automatizar las plantas de producción (de  bienes) y no la producción de datos? Todas las empresas, aunque no sean “de producción”, producen información para que sus responsables puedan decidir qué hacer. ¿Hay algo más importante que saber qué hacer? No podemos pretender producir los datos con medios insuficientes; si se tratara de una planta de producción todos convendríamos en llevar el carro por el pedregal. ¿O es que no nos creemos que el personal que tenemos pueda hacer algo más por nosotros? Yo estoy seguro de que sí, que normalmente nuestros colaboradores ya tomarían decisiones más acertadas, si tuvieran la información para hacerlo, claro está. A veces sólo hay que usar las herramientas que ya tenemos; en estos casos el efecto multiplicador del tiempo invertido por alguien en ayudar a los demás a hacer un buen uso de la informática instalada no tiene precio.

Independientemente de lo que cada cual crea, para muchos puede ser la única posibilidad de salir por el otro lado de la crisis.

Genís Barcons
Consultor de Aicon Consultores de Gestión, S.L.
25/10/2009

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